25 ene 2011

Los refugiados palestinos, moneda de cambio

Al Jazeera ha conseguido acceder a casi 1.700 documentos diplomáticos que detallan los entresijos del proceso de paz entre Palestina e Israel. Se trata de los "Palestine Papers" y ofrecen una visión sin precedentes de las negociaciones entre las autoridades de Estados Unidos, Israel y Palestina. Os ofrecemos el primero de una serie de artículos que desvela cómo la Autoridad Palestina ha estado negociando a la baja sobre una de las principales reclamaciones del pueblo palestino: el derecho al retorno de los refugiados.

La Autoridad Palestina propone que sólo se permita regresar a un puñado de los casi 6 millones de refugiados palestinos.

En el campamento de refugiados de Bourj el Barajneh en el sur de Beirut, un centro para la tercera edad constituye un oasis respecto a las condiciones de hacinamiento y suciedad que existen fuera de sus puertas de metal.

El derecho de retorno

En una reciente mañana de jueves, un grupo de hombres y mujeres de entre 60 y 70 años se reunieron alrededor de una mesa para colorear y dibujar, mientras que otros resolvían crucigramas. Una mujer sentada en una esquina que estaba bordando un vestido bordado tradicional palestino centró mi atención intensamente. La Casa de Envejecimiento Activo del campo de refugiados es un lugar donde ellos pueden hacer pasar el tiempo, confraternizar y compartir las comidas.

Se les conoce como los "Niños de la Nakba" -una generación de palestinos que fueron testigos, y sobrevivieron, a la expulsión forzada y a la violencia cometidas en 1948 por los paramilitares sionistas en nombre del naciente Estado de Israel.

Cada uno tiene una historia acerca de cómo ellos o sus padres lograron escapar de su patria hace más de 60 años -y sus heridas siguen abiertas.

Hay unos seis millones de refugiados palestinos dispersos por todo el mundo, incluyendo más de 400.000 en el Líbano. Aquí se les priva de derechos fundamentales, no se les permite comprar o vender una propiedad y están excluidos de más de 70 categorías de empleo. Sumidos en la pobreza extrema, dependen de una cada vez más incapaz Agencia de las Naciones Unidas para la Ayuda al Refugiado.

Un "número simbólico" de repatriados

Los “Palestine Papers” muestran que los negociadores de la Autoridad Palestina (AP) estaban dispuestos a hacer concesiones importantes sobre el derecho de los refugiados al retorno: en el número que potencialmente podría regresar a sus hogares situados en lo que hoy es Israel; sobre si los refugiados podrían votar cualquier acuerdo de paz; y sobre cuántos serían capaces de residir en un futuro Estado palestino.

En un correo electrónico de Ziyad Clot, un asesor jurídico de los negociadores palestinos en la cuestión de los refugiados, éste escribe: "El presidente [Mahmud] Abbas ofreció una propuesta muy baja sobre el número de repatriados a Israel unas pocas semanas después del inicio del proceso."

Los documentos también revelan que el entonces primer ministro israelí, Ehud Olmert, propuso que se permitiera regresar a 1.000 refugiados palestinos cada año a Israel durante un período de cinco años - un total de 5.000, una pequeña fracción de los desplazados como consecuencia de la creación de Israel.

El 15 de enero de 2010, Erekat dijo a David Hale, un diplomático de EE.UU., que los palestinos ofrecieron a Israel el regreso de "un número simbólico" de refugiados.

Según los documentos, no sólo los funcionarios palestinos ofrecieron una cifra baja de repatriados, el negociador jefe de la OLP, Saeb Erekat, dijo que los refugiados no tendrían derecho a voto en un posible acuerdo de paz con Israel.

Notas de una reunión celebrada el 23 de marzo de 2007 entre Erekat y el entonces ministro belga de Asuntos Exteriores, Karel De Gucht, revelan que Erekat dijo: "Nunca dije que la diáspora podrá votar. Eso no va a suceder. El referéndum será para los palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. No se puede hacer en el Líbano. No se puede hacer en Jordania."

Aunque Erekat admitió los derechos de los refugiados palestinos a determinar su propio destino, durante esas reuniones los negociadores israelíes dejaron clara su visión sobre el tema de los refugiados. En una reunión de negociación el 27 de enero de 2008, la entonces ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, dijo a sus homólogos palestinos: "su estado será la respuesta a todos los palestinos, incluidos los refugiados. Poner fin a las reclamaciones mediante el cumplimiento de los derechos nacionales para todos."

Erekat parecía querer comprar esta idea. En una reunión con diplomáticos de EE.UU., incluyendo el enviado especial a Oriente Medio, George Mitchell, el 21 de octubre de 2009, Erekat dijo que "los palestinos tienen que saber que cinco millones de sus refugiados no volverán. El número se acordó como una de las opciones. El número de los que regresarán a su propio estado dependerá de la capacidad de absorción anual ".

Así que incluso un futuro estado palestino no podría acomodar a los millones de desplazados que quisieran establecerse allí.

Al Jazeera habló con tres docenas de refugiados en el campamento de Burj al-Barajneh, de 16 a 88 años, y todos ellos expresaron el mismo sentimiento: quieren regresar a su tierra natal, y tener voz y voto en cualquier acuerdo final entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel.

Shafiqa Shalan, de 60 años, que nació en Burj al-Barjnah, dijo que ella no está de acuerdo con establecerse en [un futuro estado palestino] (Palestina, en el texto original, nota del T.). "¿Cuál es la diferencia?", me dijo, "Somos refugiados en el Líbano y volveríamos a ser refugiados en Cisjordania. Así que bien podría quedarme aquí. Yo no considero que ésta es mi casa. Mi patria es el pueblo de donde mis padres fueron expulsados."

De ese sentimiento se han hecho eco los jóvenes residentes en el campamento. Ruwaida Al-Daher, de 47 años, que también nació en Bourj el Barajneh, dijo: "Pedimos el derecho de retorno porque el que no tiene país no tiene dignidad. Vivimos como perros aquí. Pero aún así me opondría a ir a Cisjordania o Gaza. ¿Por qué volver a cualquier lugar que no sea mi ciudad natal?"

Al-Daher dijo que no quiere convertirse en un ciudadano libanés como condición de cualquier acuerdo de paz, y que los negociadores palestinos no tienen poder para hacer concesiones en su nombre. "El derecho al retorno es un derecho personal. Es sagrado," dijo. "Nadie puede cancelarlo o quitarlo."

"Vamos a morir aquí"

Hussam Assairy, de 22 años de edad, trabaja como mecánico en el campo y dijo que se trasladaría a la ciudad natal de sus abuelos, Haifa, si se le diera la oportunidad. "Prefiero vivir en el campo", dijo, "que convertirme en un ciudadano libanés y renunciar a mi nacionalidad palestina". En cuanto a la votación de cualquier acuerdo futuro, dijo: "todos los palestinos deben poder votar. Palestina no es sólo para los que viven allí. Es nuestra también". "Es nuestra más que de ellos", intervino Sara Ghannoum, de 20 años. "Ellos son capaces de vivir allí, mientras nosotros estamos privados de ello."

Para los refugiados en Bourj el Barajneh, regresar a sus lugares de origen es la única opción concebible. "Estoy dispuesto a caminar a Palestina, a mi país", dice Kamel Shraydeh, de 76 años de edad. "Pienso en ello día y de noche, porque como dice el refrán: "El que camina en una tierra extraña se pierde." Décadas después, el Líbano sigue siendo un lugar extraño, que no puede llamar su casa.

A pesar de estos sueños, muchos se han resignado a una vida pasada en los campamentos. Durante el desayuno en el centro de ancianos, un grupo de mujeres reflexionan sobre las décadas que han vivido en Bourj el Barajneh.

"Hemos nacido y hemos envejecido aquí", dijo Asiya al-Ali, de 65 años. "Y vamos a morir aquí", agregó Sha'alan con resignación.

Aun así, en todo el campamento los refugiados se aferran a la esperanza de que algún día su situación va a cambiar -y hay indicios de que ponen sus esperanzas en sus líderes, los cuales han demostrado que están dispuestos a comprometer el derecho al retorno.

Llenándolos de esperanza hay carteles enganchados en las paredes que se desmoronan, con la imagen de un sonriente presidente de la AP, Mahmoud Abbas, y las palabras: "Firme en mis principios".

Fuente: http://english.aljazeera.net/palestinepapers/2011/01/2011124123324887267.html


Traducción: oscar martínez


No hay comentarios:

Publicar un comentario