28 may 2011

Lo realmente sucedido ayer en pl. Catalunya


oscar martínez

Lo que sucedió ayer por la mañana en pl. Catalunya y lo que están contando los medios -por no hablar de lo que dice Felip Puig, conseller de interior de la Gen. de Cat.: todo mentiras- difiere radicalmente, como ahora explicaré.

La "operación de limpieza" que las autoridades utilizaron como excusa para intervenir policialmente en la plaza y tratar de destruir el movimiento de los indignados por la fuerza, no fue tal. O sí fue una operación de limpieza, pero no de basura (los acampados ya tenían su propio servicio de limpieza y estaba funcionando muy bien), sino de personas. Personas "sucias" para el sistema porque se atreven a pensar por sí mismas y actuar en consecuencia. Porque quieren cambios reales y no seguir las consignas del poder como borregos, que es lo que, hasta ahora, ha hecho la mayoría de la población del estado español, convenientemente adoctrinada por el sistema.

Pero no fue una operación de limpieza en el sentido en que han estado repitiendo los medios, también como borregos. Una "operación de limpieza" no consiste en llevarse por delante todo -absolutamente todo- lo que se había construido en esa plaza con tanto fervor y sentido de la organización por parte del pueblo concienciado. Los trabajadores del servicio de limpieza del ayuntamiento de Barcelona, escoltados por los mossos y la guardia urbana, hicieron el trabajo sucio de arrasar una biblioteca, un servicio médico, un puesto de telecomunicaciones, un taller de reparación y mantenimiento de ordenadores, un servicio de cocina público y gratuito, un puesto de megafonía y multitud de centros de información ciudadana y de organización del debate en asambleas y comisiones. No se limitaron, pues, a barrer y recoger los -pocos- papeles u otros restos que pudiera haber por el suelo. Literalmente, se comportaron como hordas de salvajes destructores de todo lo que significa verdadera democracia. Y que conste que ellos son unos mandados, porque al fin y al cabo cumplían órdenes, seguro que muchos de muy mala gana.

Cumplían órdenes, pero ¿de quién? En primer lugar, seguro -aunque no tengo pruebas- que la Generalitat ha estado en conversaciones con Madrid para desalojar primero en Barcelona y luego ellos en Madrid, con el visto bueno, naturalmente, del ministro de interior Rubalcaba, flamante apuesta del PSOE por la mano dura y el, cada vez más, parecerse a su reflejo en las urnas: el PP.

En segundo lugar, se iba diciendo estos días de campaña electoral que Trias había propuesto a Hereu un pacto mientras éste aún fuera alcalde en funciones, de acuerdo con el cual Hereu haría el trabajo sucio y "se comería el marrón" a cambio de que Trias no aprovechara políticamente el envite en contra del partido rival. Pues bien, la cosa ha acabado en que ha sido Ciu quien "se ha comido el marrón" enviando a los mossos, pero compartiendo parte del pastel marronoso con el PSC, pues no sólo había policía autonómica en la plaza Catalunya, también había guardia urbana colaborando en la represión, según pude ver con mis propios ojos y podéis comprobar vosotros mismos en la foto.

Lo que es cada vez más evidente es que las diferentes instancias del régimen político que padecemos se han puesto de acuerdo para acabar con las acampadas y con el movimiento del 15-M. Eso de "democracia real ya" les da mucho miedo, aunque al principio cometieron el error de despreciarlo como un movimiento más de los muchos generados a través de las redes sociales, cosa de cuatro jóvenes que no tienen otra cosa que hacer que aporrear el teclado de sus portátiles y de sus iphone.

La democracia está bien mientras sean los de arriba los que mandan. Mientras sean los consejeros delegados del Íbex 35 los que dicten la política económica al gobierno. Mientras los parlamentos no tengan ningún margen de maniobra para cambiar una coma de las decisiones que vienen de fuera. Mientras la mayoría de los políticos se dediquen a la política como un oficio más (por la pasta), para lo cual lo que realmente importa es obedecer servilmente a los poderosos y no al pueblo.

Pero está mal si la gente se toma la democracia demasiado en serio y la reclama en las calles, al grito de "lo llaman democracia y no lo es" y "el pueblo unido jamás será vencido".

Y mientras a nuestros "servidores públicos" no se les ocurre otra cosa que apalearnos, es el pueblo el que va tomando poco a poco en sus manos las riendas de su destino. Poco a poco. De momento somos unos miles, pero pronto seremos millones. Y, por una vez, y sin que sirva de precedente, es el propio sistema el que nos está ayudando, al echar mano de la violencia del estado como único recurso, que es lo único que les queda, parece.

Pueblo 1, Mossos 0.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Bravo por tu post. Yo no veo ningún guardia urbana en tu foto los vi ayer durante el desalojo...?
    Lo seguro es que cambiaron radicalmente de táctica por la noche, porque dejaron vacías las calles alrededor de la Plaza Cataluña de cualquier mosso, mientras los Urbanos dejaban el paso a la concentración bloqueando todas las calles y eso hasta las 2 todavía. Increíble, agradable, y extraño, ¿no?
    Como si se hubieran pasado consignas para que los Urbanos compensaran la violencia de la mañana de los mossos.

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  2. Hola Anaïs.

    Si te fijas, los cascos de los policías que aparecen en la foto son blancos, no azules, que es color de los cascos de los mossos. Además, yo estaba personalmente en el lugar de los hechos, grabando con una cámara de video todo lo que pasaba.

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